Comer sin gluten en Vejer de la Frontera y Sevilla

Vejer de la Frontera, Cádiz

Después de unos días maravillosos en Zahara de los Atunes (ver post anterior), otro de los pueblos que conocí este verano en la provincia de Cádiz fue Vejer de la Frontera. Es una preciosidad. Lleno de casas blancas, en la cima de una montaña con unas vistas impresionantes.

Merece la pena perderse andando por los callejones del casco antiguo y caminar por el paseo de la foto que además de tener una vista preciosa está lleno de restaurantes y cafeterías muy bonitas. No era hora de comer, me apetecía merendar algo y en uno de los restaurantes que se llama Califa encontré una tarta de manzana sin gluten que con un cafecito fue el broche final de la tarde.

No hay foto del postre porque me lo comí antes de darme cuenta. Siempre me pasa. Por tragona.

Callejeando también descubrí un tesoro escondido. En la calle Juan Bueno, 23, hay una pequeña tienda de reparación de aparatos eléctricos. No tiene ni cartel. Entré a por una bombilla y descubrí que el dueño, antiguo controlador aéreo en el Estrecho de Gibraltar, tiene en la trastienda la colección más grande que te puedas imaginar de radios antiguas y también algunos teléfonos. Una pasada.

También estuve en Tarifa, icono del kite surf y me encantó la playa y el ambiente, pero como no fui a horas de comer no puedo recomendar nada sin gluten. Quería probar un sitio, pero estaba cerrado.

Sevilla

Al final de las vacaciones, de regreso a casa, decidimos parar a comer en Sevilla y quise llevar a mi familia a un lugar que yo ya conocía del invierno pasado que estuve por trabajo.

Es un lugar de tapas y picoteo muy chulo que se llama Duo Tapas. Tienen una carta sin gluten bastante amplia y las veces que he ido, pedimos todo sin gluten y así podemos compartir.

 

 

El pollo al curry está muy bueno, el pollo en mostaza verde también, el tataki de atún, el pulpo…

Al final, lo he probado casi todo entre las 3 veces que he ido… jeje.

Pero lo mejor es el postre: Coulant de chocolate con plátano. Está buenísimo.

 

 

Lo más divertido es la carta de los postres. Es una botella de vino GIGANTE que en la etiqueta menciona todos los postres y por supuesto todo el mundo se pone a jugar con la botella y hacerse fotos payasas con la botellota.

El DUO TAPAS pertenece a un grupo que tiene otros 7 restaurantes y yo he probado uno de ellos que se llama Sidonia que también me ha gustado. Y es que Sevilla es una maravilla. En verano el calor puede ser muy heavy, pero luego tiene mucho encanto. Yo estuve también en enero y mientras en gran parte de España se congelaban con una ola de frío y todos bajo cero, en Sevilla salíamos a cenar en terrazas tan divinamente. Con una chaqueta, claro, pero al aire libre y sin congelarnos. Además suelen poner estufas, pero de verdad no hacía nada de frío.

Ay… que bien se lo pasa uno de vacaciones y que rápido se acaban. 😉