Uno de los destinos que no debe faltar en una visita a Asturias es Ribadesella. En la desembocadura del Río Sella (tan famoso por su descenso en piragua) las casas de los indianos la hacen muy especial. Son esas magníficas casas que construyeron antiguos emigrantes que hicieron mucho dinero en América.
Aunque conocía Ribadesella (antes de ser celíaca) tenía mucho interés en volver porque sé que el gobierno local se ha esmerado en proporcionar alternativas para los celíacos con el Plan Ribadesella-Celíacos. Así que lo primero que hice fue investigar un poquito, imprimir la lista de restaurantes que aparece en la web del plan que acabo de mencionar y leer un poquito en los blogs que sigo para tener varias opciones a la hora de comer.
Mientras paseábamos por la playa donde están las casas de los indianos, entramos a una de ellas convertida en el Hotel Del Sella a tomar el aperitivo (casa azul de las fotos de arriba). Hablando con el encargado nos comentó que tenían un menú muy completo para la hora de la comida. Al comentarle que era celíaca me dijo que no había ningún problema y que había opciones para mi. Que tenían pan sin gluten y me prepararían algo especial. Le dije que lo pensaríamos porque aún queríamos dar una vuelta por el pueblo. A la hora de la comida nos acercamos a uno de los lugares recomendados en la lista: L’Arenal del Sella (C/Manuel Caso de la Villa) y tenía un cartel que decía “Cerrado por temporada”.
Luego nos acercamos a El Llagar (al final de la misma calle) a donde tenía mucho interés en ir por las recomendaciones de Celiaquitos en las que mencionaba que la fabada sin gluten de este sitio estaba buenísima (eso sí, dice que la fabada sin gluten da los mismos gases que la normal… ja, ja…). Aunque me alegró mucho ver el distintivo “Sin Gluten” en la puerta es uno de esos lugares en donde se está de lujo en la terraza con la vista al río/mar, pero si es un día lluvioso como el que nos tocó, estar adentro en un lugar oscuro le quita casi todo el encanto. Así que decidimos volver al Hotel del Sella que tiene un comedor muy luminoso junto a la playa. Con unas servilletas que parecían dobladas por un experto en origami.
Me prepararon una fideuá que estaba DE MUERTE acompañada de un pan sin gluten recién horneado.
Luego un buen solomillo de VACA ASTURIANA con salsa de queso cabrales (típico de la zona) y de postre solo pude tomar macedonia porque no me cabía nada más.
La comida estuvo excelente. Nos costó 25 € por persona, pero tomando en cuenta que es un hotel **** en un lugar privilegiado, con un comedor muy cuidado con vistas al mar, no nos pareció caro.
Me hubiera gustado poder probar todos los lugares adheridos el Plan Ribadesella-Celíacos, pero esta escapada no era solo para comer sino para conocer y aún nos esperaba la vista a la espectacular Basílica de Covadonga y los lagos de Covadonga. No dejen de visitar estas maravillas.
Basílica de Santa María la Real de Covadonga
Lago Enol, Picos de Europa
que recuerdos este viaje!!
como me gusto esa fabada! que pena que no os quedaseis en el LLagar, pero es verdad que es un sitio chiquitin y que de primeras no da una impresion de comer bien, pero es todo lo contrario.
de todas formas la fidegua tiene la misma pinta que la fabada, asi que no os perdisteis mucho!